En los vehículos modernos, la proporción de componentes electrónicos es cada vez mayor. Los motivos para ello se deben, entre otras causas, a las disposiciones legales, p.ej. en lo relacionado con la reducción del consumo y de las emisiones. También de cara al aumento de la seguridad activa y pasiva, así como al confort en la conducción, los componentes electrónicos son cada vez más utilizados Entre estos componentes cabe destacar el sensor de pedal acelerador.
Para su utilización en un automóvil son cada vez más frecuentes los sensores sin contacto, cuyo funcionamiento se basa en un principio inductivo. Este sensor se compone de un estátor, que incluye una bobina de excitación, bobinas de recepción, así como una electrónica de evaluación, y de un rotor, formado por uno o varios bucles cerrados con una determinada geometría.
Aplicando una tensión alterna a la bobina emisora se genera un campo magnético que induce tensión en las bobinas de recepción. En los bucles conductores del rotor también se induce una corriente que influye en el campo magnético de las bobinas de recepción. En función de la posición del rotor, con respecto de las bobinas de recepción del estátor, se generan amplitudes de tensión. La electrónica las procesa y las valora, y a continuación se envían en forma de tensión continua a la unidad de control. Ésta evalúa la señal y transmite el impulso correspondiente, p.ej. al regulador de la válvula de mariposa. Las propiedades de la señal de tensión dependen del accionamiento del pedal acelerador.
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